Las tapas son una señal de identidad gastronómica sevillana para abrir el apetito. Hoy en día existen bares y restaurantes que ofrecen especialidades de tapas y a este fenómeno se le ha denominado cocina en miniatura.
Se suele argumentar que el origen etimológico de la palabra tapa viene de la costumbre antigua de tapar las copas y vasos de vino en las tabernas y mesones con un trozo de pan o con una rebanada de jamón, para impedir que entrasen moscas y mosquitos, o que se depositase polvo en el interior.
La primera aparición de la palabra ‘tapa’ es en la edición del Diccionario de la RAE de 1939, y en la de 1956 asigna la palabra ‘tapa’ como un andalucismo.
En el siglo XVII en Sevilla los círculos y clubs privados de la burguesía sevillana (ubicados en la calle Sierpes) solían pedir bebidas a los colmaos de los alrededores; generalmente las bebidas eran transportadas y con la cortesía de los dueños se ponían rodajas de jamón, queso o lomo sobre las bocas de los vasos.
Las tapas se han convertido en un fenómeno culinario exportable a otros países y pueden verse ya en restaurantes de todo el mundo.