Sevilla, una de las ciudades más importantes de España, cuenta con 3000 años de historia. Su casco antiguo es el más extenso de España y uno de los tres más grandes de Europa.
El patrimonio histórico-artístico de Sevilla goza de una gran influencia romana, visigoda, árabe, europea y andaluza y presenta estilos que abarcan desde el gótico al mudéjar, renacentista y barroco.
Tartessos
Se cree que Sevilla fue fundada por los Tartessos (los turdetanos) en torno al siglo IX adC con el nombre de Spal. El primer núcleo de población se encontraba en una pequeña isla en medio del Guadalquivir en lo que ahora es la Cuesta del Rosario, sobre terrenos pantanosos y sumamente inestables. Más tarde la ciudad es ocupada por fenicios y cartagineses.
Híspalis será la ciudad comercial e industrial hispano-romana e Itálica se convirtió en una ciudad residencial, genuinamente romana. En el año 49 adC, Híspalis poseía muralla y foro. Era una de las ciudades más importantes en Hispania.
En el siglo III son martirizadas las hermanas Santa Justa y Rufina por no querer adorar a Astarté.
Los tres emperadores romanos, Trajano, Adriano y Teodosio, nacido en Sevilla.
Visigodos
En el 426 la ciudad fue tomada por los vándalos siendo el rey Gunderico su dirigente, cuyo principal interés era la destrucción de todo lo que tuviera la firma del imperio romano.
En el 441 vuelve a ser tomada, esta vez por los suevos, que eran gobernados por Requila. Mientras tanto a partir del 531 los godos van ganando terreno. Theudis es el primer rey godo que se asienta en el trono y la ciudad pasa a ser llamada Spali.
Los visigodos se encuentran en medio de un tremendo caos de luchas internas, situación que aprovecha el emperador bizantino Justiniano para intentar conquistar toda Andalucía. Después de múltiples luchas y la derrota de varios líderes, los visigodos consiguen hacerse con cada rincón de la región.
Al-Andalus
En 712, Musa, acompañado por un ejército de 18.000 hombres, cruzó el estrecho de Gibraltar y procedió a la conquista del territorio visigodo. Ocupó Medina-Sidonia, Carmona y Sevilla.
En 844, con la invasión musulmana en pleno apogeo, barcos vikingos ascendieron por el Guadalquivir hasta llegar a Sevilla, atacando la ciudad durante siete días. El califa de Córdoba, Abderramán II, preparó un contingente de batalla y los invasores vikingos fueron derrotados.
Los vikingos realizaron varias incursiones diplomáticas en los años 859 y 966, y otro intento de conquista en el año 971, siendo la flota vikinga totalmente aniquilada.
Durante esta época de dominio musulmán la riqueza cultural de Sevilla creció enormemente. La ciudad, a la que llamaron Ishbiliya, se convirtió en la más importante de Al-Ándalus.
Durante la dinastía musulmana de los almohades se construyeron la Giralda y el Alcázar.
Hacia el año 1220, los gobernadores árabes estaban en declive. Aprovechando esta situación, los cristianos reconquistaron la ciudad en 1248, durante el reinado de Fernando III de Castilla.
Edad Media
En 1248 Sevilla fue conquistada y se incorpora en el Reino de Castilla, que más tarde se convertiría en la capital del Reino de Sevilla. Durante la Edad Media, gracias a su puerto y economía activa, la ciudad gozaba de una posición importante en el comercio internacional europeo.
Para paliar la falsa conversión de algunos practicantes de otras religiones se permiten actos inquisitivos en la ciudad, celebrándose así el primer auto de fe en 1481. Un decreto de 1483 anunció que se expulsaría a los judíos que no se bautizasen.
Edad Moderna
El descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492 fue trascendental para la ciudad, que se convertiría en el puerto de salida europeo hacia América. Ambos exploradores sevillanos, Rodrigo de Triana y Juan Díaz de Solís, jugaron un papel muy importante durante las expediciones de descubrimiento. El lingüista Antonio Nebrija y el historiador Bartolomé Casas pertenecen a estos tiempos emocionantes.
En 1502, la minoría islámica mudéjar es obligada a convertirse al cristianismo con la intención de conseguir la unidad religiosa como base para la unidad nacional.
Los monarcas fundan la Casa de Contratación (Archivo de Indias). Desde allí se dirigían y contrataban los viajes, se controlaban las riquezas que llegaban de América y se regulaban las relaciones mercantiles, científicas y judiciales con el Nuevo Mundo.
Sevilla experimentó una gran expansión urbana, superando los 100.000 habitantes, pasando a ser la ciudad más grande de España y mejor urbanizada de la época.
La metrópoli de Sevilla contaba con consulados de todos los países de Europa. Esto convirtió a la ciudad en un centro multicultural donde florecieron las artes, el Siglo de Oro español, e importantes industrias como el jabón, la cerámica y la seda. En 1615 también llega una embajada desde Japón.
Mientras que el dramaturgo Lope de Rueda y el novelista Mateo Alemán son los precursores de la Edad de Oro de la literatura española, muchas otras figuras importantes de este período también nacieron en Sevilla: Velázquez, Murillo, Valdés Leal, Antonio Ulloa, e incluso la reina de Cerdeña, María Antonieta.
En el siglo XVI se terminó de construir la Catedral y otros edificios como la Casa de Pilatos, el Palacio de las Dueñas y la iglesia del Salvador. También es en este siglo cuando se funda la Universidad de Sevilla y aparece la imprenta.
La industrialización y el desarrollo del ferrocarril ocurrieron durante la era romántica de Sevilla. El escritor Blanco White y el poeta Bécquer son los principales referentes artísticos de este período, durante el cual, más 150 óperas fueron ambientadas en la ciudad de Sevilla: La Fuerza del Destino, Carmen, El Barbero de Sevilla, Don Juan y Las Bodas de Fígaro.
Durante el siglo XX, la ciudad sufrió la represión de la guerra civil y la terrible dictadura militar subsiguiente. Algunos personajes claves de esta época son los poetas Machado, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre, el compositor Joaquín Turina y el arquitecto Aníbal González. Sevilla también fue sede de la Exposición Iberoamericana de 1929 y de la Exposición Universal de 1992.