La comarca del Bajo Guadalquivir de Sevilla gira en torno al río Guadalquivir, que riega sus fértiles campiñas dejando a su paso un bello paisaje de cultivos de regadío y extensos arrozales, marismas y viñedos.
El Bajo Guadalquivir está formado por Lebrija, El Cuervo de Sevilla, Las Cabezas de San Juan, Los Palacios y Villafranca, Utrera, El Coronil y Los Molares.





Además, el devenir de la historia ha querido dejar en esta zona de Andalucía numerosos monumentos y edificaciones (castillos, torres, iglesias…) que dan fe de su esplendor cultural.
El Bajo Guadalquivir ha sido desde la antigüedad una zona de asentamiento de numerosas culturas. En la época tartesia la comarca adquiere una gran riqueza por el intenso tráfico comercial de metales preciosos con los fenicios, extendiéndose entre las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz. Fenicios, romanos y visigodos también se establecieron aquí, dejando su huella en esta tierra.
La época islámica dejó un riquísimo legado, tanto en el trazado urbanístico como en las fortalezas y recintos amurallados que conformaron el primitivo núcleo de estas poblaciones. Numerosos castillos y fortalezas se diseminan por toda la zona, dando a sus ciudades una fisonomía muy especial.
Otro de los grandes atractivos de la comarca del Bajo Guadalquivir es su variedad gastronómica y vinícola.
La comarca del Bajo Guadalquivir disfruta de fama internacional gracias al prestigio alcanzado en la cría y doma de sus caballos.
Numerosos cortijos han sido restaurados y habilitados como alojamientos de turismo rural, permitiendo al huésped admirar la típica arquitectura manteniendo un estrecho contacto con el mundo de la hípica: paseos, alquiler de coches de caballos, espectáculos…